LoqueFaltaba!: EL ATAQUE DE LA VACA HOLANDESA

miércoles, 22 de octubre de 2008

EL ATAQUE DE LA VACA HOLANDESA

Cuando decidí venirme a este país alguien me dijo que por qué lo había elegido, si sólo tenía vacas y ovejas… cuánta razón tenía.! No es que sólo tenga vacas y ovejas, es que… están por todas partes!

El sábado pasado salió un día genial, azul azul y libre de nubes, así que cogí el tren y fui a un pueblecito marinero cerca de aquí: Hindeloopen. La verdad es que el pueblo resultó muy chulo, pero menuda aventura llegar allí…


Resulta que me bajo del tren en la parada en cuestión y ¿qué me encuentro? NADA. ABSOLUTAMENTE NADA.

Era un apeadero en medio de campos verdes, granjas y muchos animales. Era como un cuento, podía elegir dos caminos: el que llevaba a ningún sitio o el que llevaba a cualquier lugar… así que elegí el de la derecha (lástima que no había baldosas amarillas ni miguitas de pan ni nada por el estilo, hubiera sido más fácil!). Y menos mal que elegí ese camino, porque en seguida me encontré con una chica en bici (¡qué sorpresa!), le pregunté y, efectivamente… me había equivocado de camino. Así que nada, deshice lo andado y deduje que al final de ese camino, eso pequeñito que se veía a lo lejos era el pueblo en cuestión. Yo calculo que habría unos 3 kilómetros desde donde me dejó el tren hasta el pueblo. El camino a seguir era una senda para bicicletas que transcurría entre una carretera y una gran llanura verde, de la que me separaba una acequia chiquitina. Total, que voy tan feliz de la vida por el camino, abrigada a más no poder (ya os contaré, pero estoy desarrollando la teoría de que en este país el sol no calienta), y me fijo que en la gran llanura verde que quedaba a mi izquierda habían unas lindas vacas pastando libremente por el campo, una imagen muy poco usual para mí, así que les eché un par de fotitos…


De repente una de ellas paró de comer y me miró fijamente. Era más alta que yo la vaca, de las marrones que parecen toros, no de las graciosas rollo Milka, no… esta tenía unos cuernos pequeñitos pero que se veía que podían doler, y yo sólo pensaba “no tendrá la vaca cosas mejores que hacer que quedarse mirandome…?” pero claro, es que YO era la intrusa. Y la oía mugir… y me miraba… y yo ya me veía saltando por los aires embestida por una vaca… y sólo pensaba… qué final tan triste…

Yo creo que la vaca me debió leer el pensamiento o me vio la cara de (con perdón) acojonada que tenía, porque llegué a su altura y dejó de mugir… pero qué susto me hizo pasar la m…. vaca!

Lo mejor de todo? Fijaos en esta foto.



Están jugando al fútbol compartiendo campo con las vacas (están al fondo, no sé si se llega a apreciar)… y a ellos no les mugió ni nada!!!!

1 comentario:

LAURINITA dijo...

juas juas juas juas .... vaya tela. Cuidado con esas vacas marrones que son las peores, tienen una leche agria y no la les sale de las ubres precisamente.

Me acuerdo que en una excursión en asturias, por los praos con las vacas, por un sendero y una colina que ibamos todos, incluido spiderman que contaba con 5 añitos sólo, cuando una vaca se pone en medio del estrecho camino mugiendo, y mirándonos igual que a ti, y ella no dejó de mujir sino que según ibamos ella echó a caminar mugiendo y te juro que la oí muy clarito que dijo " ANDE VAAAISSSSSSS, IRSUS!! ESTE CAMINO ES MÍO Y DE MIS AMIGAS, FUERAAAA!!!" si nos ves correr...

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